sábado, 7 de marzo de 2009

En cada acto, cada segundo, ¡está en juego la eternidad!

¿Qué nos mueve a ser filósofos si no es el odio profundo y visceral a la ignorancia?

No molesta el tiempo porque acabe, porque sea finito, porque haya sido, ¡me molesta porque fue! ¡Maldito fue!