martes, 4 de agosto de 2009

– Clochard tenía razón desde el principio – decía esa misma tarde de agosto en el Kafka a quien quisiera escuchar – Teníamos que haber evitado entrar en política universitaria. Es un juego del cual conocen todas las reglas. Nosotros somos sólo niños en eso. Quizá deberíamos habernos limitado a ocupar, gritar y quemar.

Pero claro, ahora es tarde y además, a nadie le importa ya la revolución. No les desprecio por ello. Como Hemingway, con el tiempo he aprendido a no desconfiar de todo el que no haya estado en la guerra. De hecho, como él, empezaba a aprender a no confiar en NADIE. Y ese es un juego difícil, y muy peligroso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pese a lo que ha pasado con la revolución, no deberías pensar que se ha quedado algo pendiente. Por tu parte has hecho suficiente ( por no decir , mucho), por ello te diré

-Siéntete orgulloso por lo que has luchado, yo lo estoy de ti.

Besos