domingo, 1 de febrero de 2009

- Pues sólo faltaría que me expulsaran de la universidad por, ¿cómo dice el comunicado?, por "insultos de diversos tipos a los miembros el Consejo de Gobierno y sus familiares". ¡Ja, valiente dislate! – se lamentaba amargamente Prochian en el Kafka, tras pedir su café con coñac de las tardes frías y mirando distraído su propio retrato en la pared del local. – Pero no me dirás que la incertidumbre no resulta cuanto menos sugestiva, ¿verdad? – reía Clochard sinceramente, despreocupado, y a mi la verdad es que me daba igual la caza de brujas. Sólo me importaba la raíz de todo el disparate subyacente y sus consecuencias para mi mañana.

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